Qué es el acoholismo
El alcoholismo, también conocido como dependencia del alcohol, es una enfermedad que incluye los siguientes cuatro síntomas:
- Deseo insaciable: una gran necesidad o deseo compulsivo de beber alcohol.
- Pérdida de control: la incapacidad de dejar de beber alcohol una vez que se haya comenzado.
- Dependencia física: síndrome de abstinencia con síntomas tales como naúseas, sudor, temblores y ansiedad, que ocurren cuando se deja de beber alcohol.
- Tolerancia: la necesidad de beber cada vez más cantidad de alcohol a fin de sentirse eufórico.
Es una enfermedad
El deseo insaciable que el alcohólico siente por el alcohol puede ser tan fuerte como la necesidad de comer o beber agua.
Un alcohólico continuará bebiendo alcohol aunque tenga problemas serios con la familia, con la salud o con la ley.
Tiene tratamiento
SI, el alcoholismo es tratable.
Los programas para el tratamiento del alcoholismo se sirven tanto de la consejería como de las medicinas para ayudar a que una persona deje de beber. La mayoría de los alcohólicos necesitan ayuda para recuperarse de su enfermedad. Con apoyo y tratamiento, muchas personas pueden dejar de beber y reconstruir sus vidas.
Quién no debe beber
Según el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA) hay ciertas personas que no deben beber alcohol en absoluto:
- Mujeres embarazadas o que están intentando quedar embarazadas.
- Personas que piensan conducir o realizar actividades que requieren estado de alerta y destreza (como el uso de maquinarias de alta velocidad).
- Personas que estén tomando medicinas, recetadas o de venta libre.
- Personas con padecimientos médicos que puedan agravarse con el alcohol.
- Alcohólicos en recuperación.
- Personas menores de 18 años.